Tradicionalmente, las películas de terror se solían estrenar en el mes de octubre porque es el mes que finaliza con Halloween o está cercana la fecha de los difuntos. ¡Qué mejor que esta época para lanzar historias de miedo! Sin embargo, no hay por qué descuidar el resto de los meses del año, ¿verdad?
Además, el género de terror es uno de los más apreciados por el gran público, junto con el de acción, comedia y ciencia ficción. Al igual que sucede con cualquier tipo de película, han de trabajarse tanto la historia como los personajes. Si estos no tienen solidez, no hay truco o efecto especial que pueda salvar el guion.
Aunque es cierto que muchos emplean el añadir más sangre y sangre, conmociones y sustos a un guion para tratar de ocultar las posibles lagunas en el guion. Incluso un guion malo puede ser perdonado, si este asusta muchísimo al público. Lo que le convierten al “susto” en el “barómetro” del film.
Cómo construir los sustos
No cabe duda de que los sustos son difíciles de escribir porque, en gran medida, de ellos va a depender el fracaso o el éxito de la película. Por ejemplo, el guionista y escritor de Evil Dead, Don’t Breathe reconoce que crear el susto perfecto es tanto una forma de arte como una ciencia. Esto es debido a que debe estar estructurado con mucho detalle porque es el gran atractivo para el público.
Dentro del sector se critica que en la actualidad se están realizando películas de terror flojas o parodias, que terror de prestigio. Es cierto que no es nada nuevo ya que Schlock (1973) fue una de esas películas de parodia. Quizá en vez de sustos repentinos al público, es mejor moderar la cantidad de sustos, y que estos se realicen de manera anticipada porque son mucho más efectivos.
Es por ello que en la famosa franquicia Saw, ya desde 2004 se hizo una lista de reglas para facilitar el proceso de escritura de guion. Entre las más destacables fue la prohibición de falsos sustos. Tampoco se podían incluir pistas de que algo fuera a suceder como por ejemplo, la espalda de un gato arqueada, puertas abiertas…
Público demasiado conocedor
El público de terror reconoce perfectamente los tropos de terror. Se han vuelto más exigentes y esperan sustos y conmociones en ciertos puntos de la película. Pero, ¿y si el tiempo de estos tropos se alteran? Hay que tener en cuenta que la mayoría de las películas de horror hacen especial énfasis en llevar la adrenalina del espectador a su punto máximo. Sin embargo, ahí no está la verdadera diversión, sino en torturar al público para lograr ese punto álgido. En definitiva, se trata del temor a un susto anticipado.
Los escritores de terror pueden usar ese conocimiento cinematográfico avanzado de su audiencia para su ventaja. Puede configurar un susto y no desarrollarlo de inmediato, si es que lo hace. Asimismo, puede escribir una escena para dar al público una falsa sensación de seguridad y provocar ese momento de pavor cuando menos lo esperan. Hay que tener en cuenta que los amantes del horror se han vuelto insensibles a los grandes sustos, casi hasta el punto de ser inmunes a ellos.
Prueba de ello es que ya la mujer que corre gritando por el bosque con un loco maníaco que le pisa los talones ya no causa angustia. Ante un público resabiado es mejor burlarse de él y dejar a la mujer escapar y refugiarse en un lugar aparentemente seguro. Y una vez que el público se confíe, es cuando el maníaco debería reaparecer inesperadamente y terminar el trabajo.
Y al igual que en otros géneros, los guionistas han de seguir revisando el “panorama de terror” para ver cómo pueden mejorarlo, cómo configurar la escena para que el público lance un grito de terror. Aquí no es demasiado importante ser académicamente correcto, pero tampoco existe una fórmula mágica que pueda predecir el éxito del film.
Periodista y Community Manager. Especialista en marketing de contenido, marketing en redes sociales y SEO. Fundadora de VR Contenidos Digitales. Apasionada de la postproducción de vídeo, animación, videojuegos, fotografía y artes escénicas. Siempre intentando traerte las últimas novedades en estos campos.
No hay comentarios