La mezcla en producción musical

La mezcla es uno de los factores más importantes de la producción musical y es lo que suele marcar la diferencia en el resultado final de una canción. Una vez que ya se tiene el ritmo, las melodías y toda la instrumentación ubicada en el lugar deseado, el siguiente paso es dedicarle cierto tiempo a la mezcla. A continuación mostramos los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta para realizar un buen trabajo:

Volumen: tener un volumen equilibrado es fundamental para lograr una buena mezcla. Lo ideal es que cada instrumento no suene ni demasiado alto ni demasiado bajo en función del resto de elementos. Lo habitual suele ser que cada instrumento cuente con un volumen distinto, pero teniendo en cuenta la armonía del conjunto.

Panorama: esto determina cómo está repartida la señal horizontalmente a través de un sistema estéreo. El paneo es lo que determina en qué lugar se coloca la señal. Si el paneo se lleva completamente hacia un lado, toda la señal irá a parar a ese lado. Si el paneo se deja en el centro, la señal se repartirá equitativamente. Esto último genera lo que se conoce como “centro fantasma”, la ilusión de que un sonido procede del centro, donde en realidad no hay ningún altavoz.

Ecualización: este es uno de los aspectos más importantes de la producción musical. Consiste en equilibrar las frecuencias de cada instrumento. Se pueden potenciar ciertas frecuencias y disminuir otras en función del sonido que se quiera destacar. Hay que tener en cuenta que las frecuencias de distintos instrumentos se pueden solapar produciendo lo que se denomina “enmascaramiento”, algo que supone una pérdida de claridad considerable.

Así, una buena mezcla debe presentar un buen nivel de volumen, unos ajustes equilibrados de panorama y una ecualización que evite el enmascaramiento y resalte los sonidos de forma armónica. Lograr el equilibrio de estos tres elementos es esencial en la producción musical.