El eterno debate sobre si el cine debe grabarse en celuloide o en digital todavía está presente. Muchas son las dudas que surgen ante esa pregunta así que vamos a intentar, sin complicar demasiado la materia con detalles técnicos, exponer los pros y los contras de cada una de estas opciones.
Ventajas del celuloide:
Grabar en celuloide a día de hoy se ha convertido ya en un acto romántico de resistencia, ya que cada vez, tanto los cineastas como los propios cines, están acogiendo lo digital con los brazos abiertos. Directores como Quentin Tarantino, Christopher Nolan o Paul Thomas Anderson ya han manifestado públicamente su rechazo a lo digital y su defensa en favor del celuloide y los 35mm.
Una de las ventajas del celuloide es la calidad de la imagen así como la facilidad para obtener el famoso look cinematográfico. La imagen que se puede obtener con el celuloide muestra un grano que es mucho más estético que el que se puede obtener digitalmente. Las cámaras digitales, si no son de gama alta, dan una imagen mucho más funcional y menos cinematográfica.
Otro factor importante es el de la tradición y la costumbre. Casi todo el cine del siglo XX se grabó en celuloide y nuestra percepción está acostumbrada a asociar lo cinematográfico con ese tipo de imagen. Por si esto fuera poco, en la época actual proliferan las grabaciones digitales tanto en los medios como en internet, por lo que tendemos a asociar lo digital con algo menos elaborado y poco profesional.
También hay que tener en cuenta la resolución, y es que el celuloide de 35mm permite adoptar el metraje a cualquier tipo de resolución digital sin perder nada de calidad. En digital sí que tenemos muy marcada la resolución a través de los píxeles y esta viene limitada por la cámara que utilicemos, algo que no sucede con equipo que maneja celuloide y 35mm.
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