Vamos a dedicar esta nueva entrada a hacer un repaso por los distintos tipos de micrófonos que existen. Se clasifican atendiendo a diversas cuestiones. Si tomamos como referencia el modo de construcción, hemos de distinguir entre:
- Micrófonos dinámicos: no necesitan alimentación eléctrica. Son los más polivalentes.
- Micrófonos de condensador: necesitan la llamada alimentación fantasma (phantom) para funcionar. Son mucho más sensibles que los dinámicos y se usan para grabaciones profesionales, tanto de voz como de instrumentos.
- Micrófonos Electrec: los que encontramos en grabadoras portátiles, teléfonos u ordenadores portátiles. Puede ser omnidireccional o unidireccional. En realidad, es una variante del anterior.
- Micrófonos de carbón: son poco sensibles y de poca fidelidad y calidad. A día de hoy apenas se usan.
- Micrófonos de cristal: cambian sus propiedades con las variaciones de temperatura, lo que altera su funcionamiento. Por eso tampoco son muy comunes.
- Micrófonos de cinta: de muy alta calidad para grabar instrumentos de viento. Normalmente, sólo se utilizan para la toma de sonido estático y se sitúan anclados a un pedestal o colgados del techo.
- Inalámbricos: en vez de conector de salida llevan un pequeño transmisor de radiofrecuencia que envía las ondas a un receptor.
En cuanto a la forma de presentar el micro, distinguimos entre:
- Micrófonos de mano: los que se usan normalmente en emisoras y estudios de grabación. Pueden llevar pedestal.
- Micrófonos de solapa o corbateros: se enganchan en la chaqueta o en un vestido.
- Micrófonos internos: ocultos en las grabadoras o teléfonos móviles.
- Micrófonos headset o diadema: son audífonos con micrófono incorporado.
Por último, el alcance de los micrófonos inalámbricos depende en gran medida de la banda. Cuando hablamos de corto alcance nos referimos a horquillas de entre 88 y 108 megahercios. Por descontado, los de un terreno más profesional necesitan mayor alcance además de permitir a quien los lleva gran amplitud de movimientos.
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