Como hemos visto en entradas anteriores, la postproducción musical se divide en varias etapas. Varias fases por las que hay que pasar hasta poder escuchar la mezcla completa. Hoy día, los DAW (Digital Audio Workstation) o estaciones de trabajo de audio digital, facilitan las cosas a productores, músicos, ingenieros de sonido y técnicos. De todos modos puede seguir incurriéndose en errores que queremos poner de manifiesto.
En el mundo de la producción musical hay que ser meticuloso y detallista. Se trata por ejemplo de usar los silencios de manera creativa, las automatizaciones de cara a crear transiciones y los loops invertidos de forma aleatoria. Se trata de hacer las canciones más atractivas para el público en general.
La producción musical ha de destacar por la cohesión, por la buena conexión entre todos los elementos. Por eso a la hora de hacer los arreglos no hay que obsesionarse con una parte determinada si surgen problemas y apostar por la visión de conjunto. Hay que tomar como referencia la onda general del tema para que este suene fluido y coherente.
Otro consejo es interiorizar que “en producción musical, más no siempre significa mejor”. Dicho de otro modo, una canción puede ser brillante aún sin contener complejas composiciones y ritmos. Hay que evitar el relleno innecesario y jugar con lo sencillo. No podemos olvidar que un tema puede tener muchos elementos independientes que deben sonar en armonía contribuyendo a la coherencia de la canción. Por eso, es interesante introducir transiciones a los arreglos.
Al superponer sonidos con tus arreglos se añade profundidad al tema pero demasiadas capas pueden saturar al oyente. Lo mejor es una superposición suave, algo en lo que impere el equilibrio. Con estos consejos y otro más que iremos viendo más adelante en el blog podrás hacer arreglos en tus temas cómodamente. Para hacer de la producción musical tu campo de especialización profesional.
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