Nuestro sistema fonador está localizado en la laringe, parte que aloja también las cuerdas vocales. Su función principal es la producción de la voz. Son dos, una a la derecha y otra a la izquierda, ¿cómo mantenerlas en perfecto estado y evitar que se dañen?. En este post, vamos a ver las principales afecciones que pueden padecer.
Lo primero que tenemos que saber es que el tamaño de las cuerdas vocales varía en función del sexo, la estatura, el peso y la edad. Las cuerdas vocales son unos pequeños músculos elásticos que, al abrirse permiten que pase el aire y por lo tanto la respiración. En la fonación las cuerdas vocales se cierran, el aire choca contra ellas y es entonces cuando se produce el sonido. Este se produce básicamente de tres formas:
- Mediante la vibración de las cuerdas vocales (sonidos vocales, semivocales y nasales).
- Mediante mecanismos de interrupción (sonidos sordos).
- Mediante una combinación de lo anterior (consonantes oclusivas).
Afecciones de las cuerdas vocales
La voz puede verse afectada por múltiples factores. El que más influye es el mal uso que hacemos en ocasiones las personas, seamos profesionales de la voz o no. Muchos de estos problemas se solventan poniendo en marcha medidas preventivas y de higiene vocal.
Las más frecuentes son:
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Nódulos de cuerdas vocales: pequeñas tumoraciones en las cuerdas vocales, simétricas y bilaterales por lo general, que se relacionan con un esfuerzo sostenido de la voz. Hay mayor riesgo entre las personas que utilizan la voz a diario (profesores, locutores de radio, cantantes) y es más frecuente en mujeres jóvenes. Influyen irritantes ambientales como la humedad o el polvo.
- Disfonía/afonía: en el primer caso se trata de la pérdida de la calidad acústica del tono (ronquera). En cambio, la afonía es la pérdida total de la voz. La disfonía puede deberse a una causa funcional u orgánica.
Normas generales para el cuidado de las cuerdas vocales
- Acudir al especialista cuando el trastorno de la voz dura más de dos semanas o se repite con frecuencia.
- Mantener un periodo de descanso diario (entre 8-10 horas).
- Minimizar los factores de riesgo como malos hábitos de uso de la voz (tabaco, alcohol).
- Evitar factores agravantes relacionados con las condiciones ambientales (temperatura, humedad, calidad del aire, contaminación acústica).
- Evitar hablar con ruido ambiente.
- Evitar los alimentos muy fríos o muy calientes.
- Beber suficiente agua para mantener las cuerdas vocales hidratadas.
- Evitar el carraspeo y la tos continua.
- Dormir lo suficiente ya que la voz es muy sensible a la falta de sueño.
- Aprender a utilizar la voz en el menor esfuerzo y tensión posibles. Hacer pequeñas pausas respiratorias durante el habla y mantener una fonación suave permite mantener una voz óptima.
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