Hoy vamos a hablar de los códigos visuales relacionados con una pieza audiovisual, y para entenderlos mejor, vamos a dividirlos en los cuatro grandes grupos que los engloban: códigos de iconografía, sintácticos, elementos gráficos y de carácter fotográfico.
Vamos a comenzar por estos últimos, los códigos fotográficos, ya que son algo más complejos puesto que incluyen a su vez cuatro aspectos: color, iluminación, perspectiva y planificación. La perspectiva nos muestra el espacio tal y como queremos que el espectador lo capte: del modo más semejante al mundo real que conocemos, de una forma abstracta… En la planificación encontramos tanto la delimitación de los bordes y formato de la imagen audiovisual como la angulación, inclinación de cámara o escala de ángulos. El color e iluminación también son claves en cada escena y determinan el mensaje que se quiere transmitir.
Los códigos iconográficos tienen varias funciones en el ámbito audiovisual; desde ayudar al espectador a reconocer las figuras que aparecen hasta crear una correspondencia de elementos gráficos y rasgos semánticos o incluso dar un significado genérico y estable en el espacio así como en los personajes que aparecen.
A los elementos gráficos no se les da tanta importancia como a otros códigos visuales y son fundamentales en la pieza ya que principalmente tienen una función aclaratoria. Estos son los títulos, los créditos, para indicar división o marcar que ha terminado (el famoso “fin” o “continuará”), textos que aparecen en otro idioma en un momento puntual…
Y por último los códigos sintácticos que son los que están directamente relacionados con el montaje, en los cuales se establece la relación temporal entre escenas. Estas pueden ser de retroceso, de elipsis o de continuidad. Irá directamente relacionado a su vez con el tipo de montaje que se quiera para la obra audiovisual.
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