En el campo de la psicología, la teoría de la Gestalt estudia la configuración de la totalidad de la vida psicológica. Así, en el ámbito de los espectáculos en vivo, la teoría de la Gestalt contribuye a la caracterización del espectador. Específicamente, en el Teatro, la teoría de la Gestalt se basa en el conjunto de datos percibidos por el espectador, no así en los detalles del espectáculo.
Aproximaciones a la psicología del espectador
El cuerpo del actor y del espectador corresponden a los de seres reales y no a modelos abstractos. Razón por la cual, dentro del conjunto de elementos articulados por el espectáculo se encuentra la masa del lenguaje: respiraciones, vocalizaciones y movimientos activos y pasivos del lenguaje, que permiten enfocar el efecto hacia el espectador real.
El espectador localiza el espectáculo y puede sentirlo cuanto más partícipe se hace en la acción a través de su escucha y sus emociones. Los primeros instantes dejan una huella mental que se convierte en un punto de referencia del desarrollo rítmico posterior. De allí la gran contribución de los estudios de la vida psicológica para generar un verdadero acercamiento a la psicología del espectador.
La teoría de los vectores
Dentro de la teoría de la vectorización, esta se define como los marcos o segmentos orientados. Estos marcos o segmentos representan corrientes activas y reactivas de energía, también denominada focalización, interacción o vectorización, y contribuye a generar el ritmo y el movimiento de la obra.
Toda puesta en escena está organizada y orientada hacia un objetivo en el espacio y tiempo; estos vectores totalizadores, que estructuran el conjunto de la puesta en escena, gestionan todos los significantes individuales que los espectadores puedan tener.
La fecha y el espacio del espectáculo trazan una vía que orienta al espectador y estructura la reacción. Sin embargo, el efecto producido en cada espectador se encuentra en el corazón de la participación en el acontecimiento.
Diferencias entre percepción y recepción
De acuerdo con Tindemans, se debe establecer una diferenciación entre la representación y la percepción, es decir, entre lo presentado desde la óptica de quienes están en escena; frente a los espectadores, que perciben e interpretan lo representado.
Las teorías relacionales o interrelacionales suelen inspirarse en la fenomenología para interpretar los intercambios que ocurren entre la escena y la sala. Como una interpretación psicológica, la teoría de la Gestalt hace hincapié en la mirada del espectador que observa desde dentro, y no desde afuera, para valorar el espectáculo en su totalidad.
La sala del teatro, por ejemplo, forma un solo cuerpo: mientras que cada espectador se funde con su asiento, con el de los que le rodean y, más allá, con el escenario, con los actores, el sonido, la iluminación, y un gran etcétera. El análisis del espectador incluye las reacciones de quienes le rodean, sin ser elementos aislados, para finalmente organizar el conjunto de la recepción.
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