Como te puedes imaginar, en el teatro y en el mundo de las artes escénicas en general, la voz de los intérpretes bien merece una mención aparte. El actor o actriz teatral ha de poder expresar emociones con la voz y que esto acompañe al resto de elementos de su interpretación, como por ejemplo la expresión corporal. Vamos a ver el tema de la voz más en detalle.
Lo primero que tenemos que tener claro es que el volumen de la voz puede oscilar de la intensidad más alta hasta la más baja, el susurro incluso, pero que en todo momento tiene que ser audible desde las últimas filas del teatro.
Impostación de la voz
Al igual que pasa en el canto, en el teatro también se necesita un óptimo manejo de todos los recursos de proyección vocal. El actor tiene que dominar la respiración costo-diafragmática y el soporte de la voz para poder alcanzar todos los matices que le pide el texto y su personaje. Tiene que dominar también el uso de las cavidades de resonancia como son la faringe, la boca y las fosas nasales. Lo hará gracias a la destreza en el manejo de los órganos articuladores móviles (lengua, labios y velo del paladar).
Dicción
Esto es clave sobre todo cuando se ha de recitar un texto a gran velocidad. No en vano, en la perfecta articulación se encuentra la perfecta inteligibilidad. Cuando el intérprete recita con gran precisión, el sonido llega de forma mucho más clara y nítida al auditorio, al público. Hay que jugar además con las pausas y las entonaciones, aspecto clave para reflejar con exactitud la intención del texto.
Fonética para locutores y actores de doblaje
Mantener la fonética correcta requiere de un trabajo específico. Por ejemplo, cuando se usa una lengua que no es la materna, hay que aprender los rasgos diferenciales de los sonidos y ensayar los movimientos apropiados para adquirir nuevos hábitos articulatorios. De hecho, los profesionales del doblaje necesitan del mismo dominio de la impostación que los actores de teatro.
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