A la hora de transmitir el guion a los actores se da por hecho que lo que hay que hacer es dar el guion al actor y que éste lo memorice y lo ensaye hasta que lo controle a la perfección. En teoría, este es el acercamiento tradicional y más común, ya que lo que se busca es que el actor conozca su personaje, se meta en el papel y de alguna manera automatice ese carácter de ficción en su interior. Este método da buenos resultados, pero depende bastante de las capacidades del actor, ya que puede desembocar en actuaciones un tanto forzadas o robóticas, alejadas de la naturalidad que se espera.
No obstante, hay otras maneras de transmitir el guion a los actores para implementar su actuación. El famoso director Andrei Tarkovski aseguraba en su libro, Esculpir en el tiempo (1985), que intentaba compartir lo mínimo posible del guion con los actores para que estos actuaran de la forma más natural posible, pues afirmaba que conocer la totalidad del guion desde el principio podría afectar negativamente a la interpretación y restar imprevisibilidad a los acontecimientos. Además, concebía el guion como algo flexible que podía incluso ser modificado por los propios actores. Una opción cercana a la de Tarkovski sería mostrar el guion exclusivamente antes de cada escena, sin revelar la totalidad.
Otro enfoque interesante para transmitir el guion a los actores es el que comparte Ryan Gosling en una entrevista que aparece en el documental Seduced and Abandoned (2013) donde reconoce que las mejores interpretaciones que da un actor son las primeras y que ensayar demasiado puede resultar contraproducente. Desde este punto de vista, lo ideal sería dar a conocer el guion desde el inicio, pero grabar la primera actuación que ejecutaran los actores, disminuyendo los ensayos. Así se obtendría el resultado más natural siempre y cuando los actores sean profesionales.
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