Antes de entrar en el análisis hay que observar la lista de películas más taquilleras de 2016. Evidentemente, no hay demasiadas sorpresas: las películas que más dinero gastan –tanto en producción como en publicidad– son las que más beneficios obtienen; la calidad nunca fue un factor. Las cifras que se muestran a continuación están en dólares:
- Capitán América: Civil War: más de 1.150 millones.
- Buscando a Dory: + 1.027 millones.
- Zootrópolis: + 1.023 millones.
- El libro de la selva: + 966 millones.
- Mascotas: + 875 millones.
- Batman v. Superman: El amanecer de la justicia: + 873 millones.
- Rogue One: Una historia de Star Wars: + 800 millones.
- Deadpool: + 780 millones.
- Animales fantásticos y dónde encontrarlos: + 776 millones.
- Escuadrón suicida: + 745 millones.
- Doctor Strange: + 657 millones.
- The Mermaid: + 553 millones.
- X-Men: Apocalipsis: + 543 millones.
- Kung Fu Panda 3: + 521 millones.
- Warcraft: El origen: + 433 millones.
- Jason Bourne: + 415 millones.
- Ice Age: El gran cataclismo: + 407 millones.
- Vaiana: + 402 millones.
- Independence Day: Contraataque: + 389 millones.
- Monster Hunt: + 385 millones.
Lo más destacable que revela esta lista es que la gran mayoría de películas son productos derivados de otras obras. Llámese secuela, precuela, adaptación, remake, reboot, spin-off, etc. Sólo hay cuatro películas de entre las más taquilleras de 2016 que no entrarían en estas categorías: Zootrópolis, Mascotas, The Mermaid y Monster Hunt. Curiosamente, excepto The Mermaid, las otras tres son películas con elementos de animación y con un contenido orientado mayormente hacia un público infantil.
Profundizando un poco en nuestro análisis, se advierte que, por un lado, las películas más taquilleras ponen en juego ciertos aspectos de certidumbre y familiaridad, reciclando el éxito anterior para reflotar nuevos productos, o lo que es lo mismo, explotando una imagen ya creada con un producto anterior para vender fácilmente algo más actual. Esto atiende más a fórmulas económicas y de marketing que a factores creativos y artísticos. Por otro lado, las únicas creaciones originales con cierto éxito económico están destinadas a un público infantil, lo cual, si bien puede tener sus méritos en el ámbito de la animación, no supone un gran despliegue intelectual o de capacidades narrativas por parte de sus creadores.
Este análisis pretende ser una crítica a las películas más taquilleras, pero no sólo de 2016, sino en general, pues no son más que productos creados para ser vendidos, sin ningún interés por crear una visión propia o expresar algo que nace en el interior de un artista. Abundan los clichés y los estereotipos y falta autenticidad. Ojalá esto sirviera para que los espectadores despertaran y empezaran a degustar otro tipo de cine.
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