Uno de los principales defectos de las películas de bajo presupuesto es la calidad del sonido. Gracias a los avances tecnológicos, hoy en día se puede capturar un sonido de bastante calidad sin necesidad de hacer un gran desembolso. Hay cuatro opciones principales: colocar un micrófono sobre la cámara (entiendo que si es de bajo presupuesto se tratará de una DSLR o similar), utilizar un micrófono lavalier, utilizar una grabadora o un micrófono direccional sobre pértiga, a su vez conectado a algún dispositivo que grabe el sonido. Veamos las características de cada método:
Muchas películas de bajo presupuesto, especialmente documentales, utilizan un micrófono sobre la cámara. Hay que tener en cuenta que la entrada de las cámaras DSLR o mirrorless suele ser de mini jack de 3.5mm y que esta entrada no es la más óptima, ya que no proporciona tanta calidad. Este método es muy útil para documentales, que pueden sacrificar algo de calidad en el sonido a favor de conseguir mucha más movilidad y tiempo de reacción para capturar el sonido en situaciones imprevisibles en las que no hay tiempo para preparar un set de rodaje.
La opción del micrófono lavalier o de solapa, un micrófono que se engancha a la ropa, es también bastante utilizada en documentales, pues no importa que se vea el micro y normalmente se usa para entrevistas sin apenas movimiento. En obras de ficción es más complicado su uso, pues si el plano es cercano se vería el micrófono y puede que el movimiento de los actores haga rozar el micro con la ropa y se obtenga un sonido desagradable.
El uso de la grabadora es bastante común en películas de bajo presupuesto, pues por muy poco dinero da un sonido de mucha calidad. Suelen contar con un par de pequeños micrófonos que capturan muy bien los detalles. Marcas como Zoom y Tascam son las más conocidas en este ámbito. El problema principal de las grabadoras es que no aíslan tanto el sonido como un micrófono direccional, por lo que a la hora de capturar un diálogo también recogeríamos gran parte del sonido ambiente que en muchos casos no es lo deseado.
La mejor opción para capturar el sonido, y posiblemente la más cara, es el uso de un micrófono direccional. Estos micrófonos dan más calidad que la grabadora y aíslan mejor el entorno, especialmente si se colocan en una pértiga. La mejor combinación calidad-precio es un micro direccional enchufado a una grabadora, pues esta última da más movilidad que otros dispositivos más aparatosos. No hay que olvidar que si se quiere grabar en exteriores, para obtener un sonido limpio hay que utilizar un paravientos.
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