El montaje o edición no nace con el cine. En los primeros momentos la curiosidad que suscitaba el hecho de ver imágenes en movimiento hacía innecesaria la existencia de una historia, y por ello las películas se limitaban a mostrar hechos cotidianos. Aún en el caso de películas posteriores, el denominador común era la inexistencia del montaje, reduciéndose a la concatenación de tomas sin ningún criterio dramático.
La cámara solía mantenerse en una posición fija, sustituyendo la teórica situación del espectador, y siempre alejada de la acción. Aunque la duración de las películas aumentó con el paso de los años, en un primer momento, los filmes seguían siendo una serie de tomas únicas unidas entre sí. La longitud de estas tomas no variaba ya que se buscaba un ritmo determinado a través de las mismas, mientras que la actuación o interpretación era la intención predominante en estas primeras películas del origen del cinematógrafo.
Fue el director norteamericano Edwin S. Porter el que descubrió que la organización de las tomas en sus películas podía hacer que su filme cobrara mayor dinamismo (Porter utilizó material documental y planos detalle para hacer más dramático el rescate de las víctimas de un incendio en una de sus películas). Así, se llegó a la conclusión de que la toma es la pieza fundamental con la que deben construirse las películas, siempre a través del montaje o la edición de las mismas.
Sin embargo, y a pesar de estos avances, Porter no utilizaba el ritmo en el montaje para darle un sentido dramático a la historia. Fua Griffith el que consiguió desarrollar el montaje en su estricto sentido moderno como lo conocemos en la actualidad. Porter ayudó al esclarecimiento de la narración fílmica, pero fue Griffith el que consiguió que la yuxtaposición de tomas mediante el montaje tuviera un efecto dramático sobre la historia narrada en los filmes.
La variación de planos, la inserción, el montaje paralelo, el travelling y las variaciones de ritmo en la edición son atribuciones hechas a Griffith. Su influencia traspasó fronteras más allá de Hollywood, llegando a cineastas rusos como Pudovkin o Eisenstein, que refinaron dichas técnicas de montaje.
Ayudante y Auxiliar de Dirección en diferentes series y proyectos audiovisuales (“Los Hombres de Paco”, “Bienvenidos al Lolita”,…). Crítico de Cine en la revista especializada “Caimán Cuadernos de Cine” y en su blog “El Chatarrero Audiovisual”. Docente de Marketing Online y Community Manager. Diplomado en CC. Empresariales por la Universidad de Salamanca, Diplomado en Cinematografía y Artes Visuales (Dirección Cinematográfica y Realización de Televisión) por la Universidad de León y Posgrado en Community Manager por la Universitat de Barcelona y la Escuela de Administración de Empresas.
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