Cómo una serie de éxito puede acabar mal

La serie Juego de Tronos es un claro ejemplo de cómo una serie de éxito puede acabar siendo una decepción para los fans. A medida que se acercaba la octava y última temporada de Game of Thrones, más de 17 millones de personas estaban deseando ver cómo terminaría la epopeya. Cuando se emitió la temporada, era evidente que algo andaba mal, y solo empeoró a medida que avanzaban los episodios. Los personajes actuaban de forma diferente, las interacciones parecían fortuitas y el ser un personaje importante no hacía que este pudiera librarse de la muerte. El precedente ya está en la muerte de Ned Stark.

Tanto la crítica como los fans creían que la serie empeoró a causa de debido a demasiados agujeros en la trama, peores guionistas y menos episodios. También es cierto que la serie ya no se guiaba por los libros originales. Si bien esos cambios crean un cambio en la narración de historias, el cambio no fue suficiente atractivo. ¿Dónde empezó a fallar?

Narración sociológica versus psicológica

El cambio de la narración sociológica a una psicológica fue el remate de Game of Thrones. Este cambio en la narrativa cambió la manera en que los fans y los críticos pudieron comprender el mundo y los problemas que encontraron los personajes. Pero, ¿cuál es la diferencia?

La narración sociológica se centra en la historia de un sistema y cómo el sistema afecta a las personas que lo integran. Esta narrativa mira hacia afuera, permitiendo que los factores externos sean tan importantes como los internos. Los personajes tienen historias personales y capacidad de acción. Sin embargo, las situaciones y los eventos que les suceden y a su alrededor ayudan a dar forma a su personaje. Los incentivos para los comportamientos de los personajes provienen de fuerzas externas y están influenciados por sus vidas internas. Una buena historia sociológica anima a los espectadores a ponerse en el lugar de cualquier personaje, no solo del protagonista principal.

En cuanto a la narración psicológica, esta es la historia del viaje interno y externo de una persona para obtener algo que desea. Ese personaje es el centro del universo de la historia, y sin ellos, la historia no existiría. Una historia psicológica se basa en gran medida en la empatía hacia el personaje central.

La narración estructural de GOT se prolongó a lo largo de las temporadas cuando el programa se basó en las novelas de George RR Martin, quien se especializó en hacer que los personajes evolucionen en respuesta al mundo que los rodea. En algún momento, la serie se adelantó a las novelas. Cuando David Benioff y DB Weiss tomaron las riendas se hicieron cargo, optando por una narrativa que encajaba con Hollywood. Una narrativa psicológica es a menudo la única forma en que Hollywood y la mayoría de los escritores de televisión cuentan historias.

¿Por qué gustaba Game of Thrones?

Había innumerables razones para que al público le gustara Game of Thrones. Pero hay un aspecto del programa que lo hizo destacar: el no tener miedo de matar a los personajes principales y el utilizar la narración sociológica.

Normalmente, las series de televisión tienen una narrativa psicológica y rara vez pueden matar a los personajes principales. El motivo es porque son la clave para construir la historia y se emplean para poner al espectador en un estado de angustia. Juego de Tronos no tuvo ningún problema en matar lentamente a tantos Starks como pudo, porque no se basó en estos personajes para hacer avanzar la historia.

Es cierto que el matar con regularidad a los personajes fue algo angustioso, pero también le dio emoción.  A decir verdad, la historia nunca se basó en un personaje, sino en la totalidad del elenco y los eventos que los moldearon. Eso es porque la narración sociológica proporciona una comprensión más profunda de los eventos y la historia. Esto dio la oportunidad de comprender por qué los personajes realizaban actos malvados o cómo se subvertían sus buenas intenciones. Esta complejidad hizo que la narración fuera más rica que una historia de moralidad simplista del bien contra el mal, que es lo que hubo en la temporada final.

Cómo la narración psicológica arruinó a GOT

Una de las muchas trampas de la octava temporada fue que GOT no mató a los personajes principales. Cuando lo hizo, las muertes fueron justificadas por la valentía o la villanía del personaje.  La pérdida de riesgo para los personajes principales fue un indicador de que el peso de la historia se estaba colocando en un individuo, abandonando la narrativa sociológica con un rápido cuchillo en el cuello del Rey Nocturno, matando una de las principales tensiones sociológicas de la serie.

Con el factor principal de tensión muerto, Benioff y Weiss podían llevar la narrativa en la dirección que quisieran mientras seguían el bosquejo de la trama que les había dado Martin. Su nueva libertad hizo que adoptaran un enfoque simplista.

El ascenso y la evolución de Cersei Lannister (Lena Headey) de víctima a gobernante malvado se hizo para convertirla en una fuerte antagonista, pero los escritores decidieron reescribir su personaje en la temporada final. En lugar de matar a Tyrion (Peter Dinklage) con sus arqueros cuando se presenta la oportunidad, Cersei lo deja vivir sin ningún motivo, a pesar de odiarlo.

Este es tan solo un ejemplo de las varias incoherencias que se vieron en la última temporada. Los personajes no se sentían en peligro, y ya no había necesidad de utilizar su ingenio para mantenerse con vida y la serie sufrió. GOT empezó a ser como otra serie más de fantasía dramática. El mundo que rodea a los personajes ya no tiene ninguna influencia en sus acciones.

Es evidente que la personalidad del personaje importa, no obstante los factores externos también importan. No es razonable que la gente espere que los incentivos y las fuerzas no moldeen a una persona, y mucho menos a un personaje en una serie. La narrativa individual y psicológica es comprensible porque es más fácil de contar, pero lo fácil no es innovador. ¿Qué opinas?

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