El plano detalle, como el primer plano, fue un plano de difícil aceptación y requirió de la introducción en la narración de algún objeto, como en La lente de la abuela (1900). El plano detalle sirve para destacar un objeto que pasaría desapercibido por el espectador/a y que resulta imprescindible para el transcurso de la historia: un papel arrugado con una dirección importante, los zapatos del asesino, el pomo de la puerta prohibida, etc. La ubicación del plano detalle es también determinante, puesto que siempre debe sorprender e informar.
Algunas escenas cinematográficas son recordadas precisamente por el impacto narrativo y estético del plano detalle. Un ejemplo de ello, es la escena del asesinato en la ducha en Psicosis (1960), de Alfred Hitchcock, donde el ritmo de la acción viene dado por los planos detalle que subrayan el dramatismo de la escena.
Por supuesto, el plano detalle, junto con el primer plano, es uno de los planos más concurridos en el videoclip. Responde claramente a un tipo de montaje donde lo que importa es el ritmo que las imágenes otorgan. Según la teoría del montaje de Sergei Eisenstein la función métrica del montaje es aquella relacionada con la duración y la escala del plano. Dentro de esta función, pueden darse planos de corta duración y pequeña escala (primeros planos y planos detalle), planos de larga duración y gran escala (planos generales y planos medios). Como producto audiovisual de la postmodernidad, el videoclip utiliza todas las variantes de lo anteriormente mencionado.
Es cierto que, a cada género musical le suele corresponder un tipo de montaje. Uno de los géneros musicales que más utiliza el plano detalle en sus videoclips es el metal, especialmente el thrash metal. Desde The Unforgiven de Metallica, donde la historia es narrada a través de planos detalle, hasta inicios impactantes como el primer plano detalle de You against you de Slayer, el metal es el gran generador musical de planos detalle.
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