Si te apasiona el mundo de la imagen y estás empezando a formarte en fotografía seguro que has apostado por una cámara réflex. Como sabrás, su manejo y cuidados son diferentes a las compactas por eso hoy queremos entrar en detalle sobre cómo limpiar una cámara réflex.
Limpieza interna de una cámara
A diferencia de una compacta, es habitual que el sensor se ensucie así que hay que tenerlo en cuenta y saber cómo actuar. Para ello puedes usar un pincel o pera de aire (en el caso que sea por partículas de polvo o suciedad), un tampón adhesivo o un líquido específico si las manchas son más grandes u optar por el servicio técnico si la limpieza es exhaustiva y te da miedo estropearlo durante la limpieza. El objetivo es otra de las piezas peliagudas de la limpieza interna de la cámara; para ello tienes que usar limpiadores específicos y evita la típica limpieza ‘chapucera’ que todos hemos hechos con nuestra camiseta…
Limpieza exterior de la réflex
El polvo, la suciedad de la calle, la propia grasilla de nuestros dedos… Son muchos los factores que hacen que la réflex necesite ser limpiada también por fuera. Es importante utilizar la tapa del objetivo en ese momento para evitar que entre al interior y primero eliminar las partículas más superficiales con una pera de aire. Hay que ir con cuidado en las zonas que más se utilizan como botones o las ranuras de tarjetas y usb; son las más usadas y las que más se suelen manchar. Para el visor, nada como un trozo de tela húmedo (siempre y cuando cualquier mota de polvo se haya eliminado previamente con un pincel o la pera de aire). Para la pantalla puedes hacerlo como con el visor o usar un producto específico para pantallas LCD (como cuando limpias tu Tablet u ordenador).
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