Si en otra entrada de nuestra sección de sonido hablábamos de los micros y sus tipos, en esta vamos a centrarnos en los principales accesorios de los que seguramente en muchas ocasiones tendremos que echar mano.
Empezamos por el que usaremos para sujetar el micrófono, el soporte. Como te imaginas, los hay de diversos tipos. Tenemos por un lado el típico pie de micro que podemos poner en la mesa. Los tenemos de diversas alturas e incluso regulables. Es muy económico, pero lo malo es que el micrófono captará todas las vibraciones de la mesa. Tenemos también la pinza aérea, una especie de brazo que deja el micrófono suspendido en el aire, a la altura de la boca. También está el pie de jirafa. Este soporte para micrófono es como el de mesa que comentábamos antes, pero mucho más alto para poder apoyarlo en el suelo.
Otros accesorios son los que usaremos para evitar los vientos y los popeos. Ya sabes que la voz humana es la suma del aire que expulsamos y de la vibración de las cuerdas vocales. Para separar en la medida de lo posible el sonido del aire que sale por la boca tenemos los accesorios antipop y los antivientos.
- Antiviento: suele estar hecho de espuma de poliuretano de baja densidad. Como su nombre indica, su función es retener el viento. Se usa por ejemplo en micrófonos de mano y en exteriores. Son muy efectivos con las consonantes fricativas, como la ese o la efe.
- Antipop: el popeo es el golpe de aire que soltamos cuando pronunciamos una consonante oclusiva (pe, te, eme…). Se le llama de hecho popeo en el campo de la locución por el hecho de que la mayoría de golpes de aire provengan de pronunciar la letra pe. Para evitarlo se usan los antipop. Se trata de una malla de lycra con un marco que la mantiene tensa.
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