Seguimos con nuestro recorrido por algunos de los instrumentos más representativos de la Navidad y el sonido que logramos con ellos.
- RABEL: el instrumento que ilustra este post se utilizaba en las pastoradas y es poco conocido fuera de la música tradicional. Su origen no está claro, como ocurre con la mayoría de los instrumentos tradicionales, pero la teoría con más fuerza es que fueron los árabes los que lo trajeron a la península. Es un instrumento de cuerda con una pequeña caja de resonancia de diversas formas cuya tapa armónica solía ser una piel tensa de cordero o una lámina de hojalata. El número de cuerdas era variable, entre una y tres o cuatro. Actualmente se toca en el norte de Palencia y sur de Cantabria o en la Sierra de Gredos.
- HUESERA O ARRABEL: instrumento de percusión frotado, hecho con una serie de huesos de animal unidos por cuerdas o alambres. Colgado del cuello se frota con una castañuela de arriba a abajo, lo que produce diversos ritmos. Se ha usa el resto del año en algunos pueblos de Madrid y La Mancha además de en las fiestas navideñas. A veces, en vez de huesos se usan trozos de caña endurecidas con fuego. También se le conoce como “ginebra”.
- SONAJA: es otro instrumento muy rudimentario. Consta de un soporte de madera que puede adoptar varias formas y que va atravesado de alambres o cordones fuertes donde van ensartadas chapas semejantes a las de la pandereta. Al agitar este soporte y golpearlo contra la mano o el muslo se produce un ruido producto del choque de las piezas metálicas o sonajas.
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