Seguro que recuerdas el aula de música del colegio con decenas de hueveras de cartón plagando las paredes. No, no era una tendencia decorativa. Recurrir a estos materiales tenía un objetivo muy concreto: absorber el sonido. ¿Qué materiales, no tan “caseros”, se suelen usar? Ahora lo vemos.
Determinados materiales como los tejidos gruesos destacan por su alta capacidad de absorber el sonido. Se usan en determinados contextos para eliminar la sensación de espaciosidad y reverberación y lograr que el sonido parezca provenir muy focalizado de los altavoces. Como seguro que ya sabes, el sonido es la propagación de una perturbación en el aire a través de la vibración de sus partículas. Cuando esta perturbación llega a otro medio, por ejemplo cuando rebota contra una pared, parte de la energía atraviesa la pared, otra parte se refleja y otra se disipa en forma de calor.
La cantidad de absorción depende de la superficie. Cuanta más superficie ocupen las paredes, por ejemplo en una sala de locución, más disipación de sonido se producirá en forma de calor. Además, cuantos más objetos haya en la sala, a más superficies se tendrán que enfrentar las ondas sonoras y más atenuación se producirá.
Los materiales porosos, los mejores
Como decíamos antes, los materiales porosos como los tejidos gruesos, las gomaespumas o las lanas minerales son tres de las opciones que mejor absorben el sonido. Dicho de otro modo, los materiales porosos absorben más sonido que los no porosos. Cuando el sonido los atraviesa se ha de enfrentar a una cantidad muy grande de superficie que lo atenuará, multiplicando el efecto que tendría la fricción de la superficie de una pared. Por último, hay que tener claro que no todos los sonidos son atenuados de igual manera.
Para los agudos será suficiente con capas delgadas de material absorbente. En cambio, para los sonidos más graves, con mayor longitud de onda, se necesitará más superficie y placas de material absorbente más gruesas.
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